Antes que nada, debo empezar diciendo algo en lo que estoy convencido:
Los alumnos tienen el DERECHO de estar en el Dojang que les plazca y entrenar con el instructor o maestro que prefieran (en el artículo ¿Discípulo o Alumno? ¿Maestro o mentor? expliqué la diferencia entre un alumno y un discípulo y entre un maestro y un mentor).


Seamos realistas y quitemos por un momento el velo romántico del arte marcial, la realidad es que el día de hoy la mayoría de las relaciones que se dan en los Dojangs son Maestro/Alumno y están basadas en una estricta relación comercial, donde el maestro cobra una cantidad de dinero por instruir al alumno en un determinado número de clases por semana.

Lo anterior es una simple relación cliente/prestador de servicios. Bajo esa lógica el alumno (cliente) tiene el derecho de gastar su dinero con el maestro (prestador de servicio) que le plazca.


Por supuesto que hay un gran número de maestros que NO basan su relación en el dinero, sino que son verdaderos líderes comprometidos con el bienestar de los alumnos, estos maestros pueden dar mucho de si y tener un compromiso real con sus alumnos, maestros que si bien cobran por sus clases no ven a los alumnos como clientes, sino como el elemento necesario para poder sumar a su sociedad.


Aún en estos casos estoy seguro de que el alumno tiene el derecho de estar en donde mejor le parezca, sobre todo porque al momento de iniciar la práctica casi todos lo hacemos con un total desconocimiento y las razones para entrar a un Dojang generalmente están más relacionadas a aspectos como cercanía y conveniencia.


También es cierto que hay alumnos que por sus propios objetivos necesitan salir de su Dojang y buscar un entrenador que pueda llevarlos a alcanzar sus sueños y también creo que es honesto que en estos casos sea el mismo maestro el que oriente y apoye a sus alumnos para buscar el entrenador conveniente, es decir creo que los maestros a veces también debemos ayudar a los alumnos a salir del nido.

Por eso creo que es válido que los alumnos puedan buscar el Camino donde crean que es conveniente.
El tema aquí puede NO es el alumno, son esos “maestros” que rompen la línea de la honestidad y buscan a los alumnos de otras escuelas para eventualmente poder matricularlos con ellos, es decir “buscan robarle los clientes” a otros instructores.


Es común que esos “maestros” aprovechen los problemas que hay en otros Dojans y se presente ante los alumnos como alguien que los escucha, que los apoya y que después les ofrece la solución a todos sus problemas: irse a entrenar con ellos.


No es raro ver esos Dojangs llenos de alumnos que fueron formados por otros maestros y además tampoco es raro escuchar a esos “maestros” llamarlos con mucho orgullo “mis alumnos”.


“Maestros” que aprovechan cualquier oportunidad para “robarse a los clientes” de otros, ya sea en entrenamientos, exámenes, torneos e incluso clases compartidas o peor aún ¡cuando cubren las clases a otros maestros! El colmo de la deshonestidad.


Lo triste es que todos conocemos a “maestros” de ese tipo, que tienen sus escuelas llenas de alumnos de otras escuelas, que siempre están “invitando” inocentemente a los alumnos de otros a entrenar con ellos, que les prometen la luna y las estrellas a los alumnos y que al final no son capaces por si mismos de crear su propio linaje.


Ah, pero eso sí, ¡se sienten verdaderos maestros! Nada más lejos de la realidad, un maestro es el que forma, el que desde abajo va llevando a sus alumnos, el que los ve caer y levantarse, el que con el paso del tiempo tiene un linaje detrás de él.


¿Es ético? No lo creo, sobre todo porque esos mismos maestros se llenan la boca hablando de honestidad y lealtad.


Una de las características de los artes marciales nobles, como el Taekwondo es que el comportamiento de todos sus practicantes debería estar basados en los valores del Guerrero:


Un “maestro” que se atreve a buscar a los alumnos de otro maestro rompe al menos con cuatro de los valores del Bushido:

—Respeto, Rei (礼)

—Honor, Meiyo (名誉)

—Honestidad y sinceridad, Makoto (誠)

—Lealtad, Chu (忠義)

Y al menos con Cinco de los valores del Hwarang DO

—Cortesía, Yea
—Confianza, Shin
—Bondad, Sun
—Virtud, Duk
—Lealtad, Choong.


Aunque creo que es un sinsentido hablar de valores que es obvio que o desconocen o ignoran.


Un elemento interesante sería el ver la historia de esos maestros, algunos que yo conozco carecen de raíces y bases, fueron alumnos que van de una escuela a otra, de un maestro a otro y que hoy desafortunadamente están contaminando con su falta de valores a sus “alumnos”.


A todos los que incurren en estas prácticas voy a darles un consejo que no me pidieron: creen a sus alumnos, trabajen en formar su propio linaje, cuesta mucho trabajo, muchas horas, mucho estudio y también habrá muchas decepciones, pero es lo correcto, al final podrán voltear y ver con orgullo lo que crearon y sabrán que el título de maestros por fin les corresponde.

Aunque claro, si lo único que les importa es el dinero sigan como hasta hoy, los verdaderos maestros logran ser inmunes a sus esfuerzos y ellos sí, con base a su esfuerzo son capaces de crear linajes fuertes y claros, porque eso es lo que hace un verdadero maestro.

Yuri LopezGallo
Todos los derechos reservados©