Mientras que las escuelas de Taekwondo, Karate, Kung Fu, en muchas partes del mundo fueron cerradas por el Covid, los eventos en muchos casos prohibidos, los restaurantes y centros comerciales no escatiman para llenarse de gente.

Y es así como los instructores de artes marciales que han acondicionado sus gimnasios con normas para practicar con bio seguridad observan atónitos como las grandes empresas de masas que mueven millones de dólares si pueden generar aperturas en sus negocios, mientras que a estás escuelas de artes marciales buscan de cerrarlas en un tiempo donde vivir con este virus es cada día una realidad.

Después de los confinamientos iniciales son muchos los instructores que cerraron sus puertas por no poder pagar la renta, algunos mantuvieron sus alumnos vía On Line pero recibiendo ingresos inferiores.

Es obvio que era necesario, y la regla era para todos, sin embargo hoy día observamos filas enormes en los centros comerciales para ir a comprar los famosos Play Station, y algunos centros nocturnos llenos completamente, mientras exigen que los gimnasios cierren.

Entonces el comercio de grandes ingresos y marcas globales si pueden abrir y provocar aglomeramientos de más de 500 personas, pero las escuelas de artes marciales que a veces no reúnen 15 personas en sala deben estar todo el tiempo a merced de las autoridades sanitarias que les amenazan en cerrar constantemente.

Lo anterior es injusto y no debe ser permitido. La lucha por el pan de cada instructor es tan igual como el de los grandes empresarios. Si van a cerrar en el mundo, que sea la regla para todos y si van abrir como ya se ha venido haciendo, que no exista prejuicios con quiénes también deben llevar sustento a casa.

Carlos Hernández

Mundotaekwondo.com