Solo aquél que se coloca un Dobok, espera en su Doyang a niños, jóvenes y adultos, le entrega su vida, conocimiento y pasión en cada lección puede reconocer la felicidad de ser maestro de Taekwondo.
Año tras año ha enseñado, aportado y guiado al estudiante en el camino del arte marcial, del respeto y la creencia que ser Taekwondista “es lo mejor de este mundo”, además es el responsable de sembrar en los alumnos la semilla del espíritu olímpico, al convertirlos en competidores.

Y es que nada puede ser más hermoso que escuchar la palabra sabonim, maestro, e incluso algunos son llamados el profesor (a), que es igual que lo anterior pero en términos más criollos.
Ser maestro (a) de Taekwondo en estos días ha sido una gran prueba. Algunos (a) han luchado por mantener vivas sus escuelas, motivar a sus alumnos entrenando por métodos cibernéticos. Por otro lado, otros solo esperan que todo mejore para abrir sus academias y volver a la normalidad.

Es el momento de unirse y de armarse de valor para enfrentar que está nueva realidad los empoderé y convierta en seres de luz, cada día más fuertes.
Gracias a los profesores de Taekwondo muchos niños han podido tener en sus casas ese rato de esparcimiento y de educación marcial deportiva tan necesaria para el crecimiento integral.
Valoremos al maestro de Taekwondo. Y aunque a veces creamos que es un superhéroe, también padece, sufre y se decepciona. Tiene familia, gastos y anhelos de surgir. No lo dejemos solos en esta pandemia.

“En un don que se nace. Es formar y educar a niños en la disciplina del taekwondo y no sólo eso, sino reforzar los valores que tanto se han perdido en la sociedad como la disciplina, el respeto la responsabilidad, el compromiso, autocontrol. Enseñar para mi es vida es lo me desestresa en mis tiempos libres, es lo que me gusta hacer. No sólo formar grandes campeones sino grandes seres humanos para el futuro. Soy una persona comprometida en enseñar bien este arte. Con amor, paciencia, dedicación, tolerancia, sin discriminar a nadie. Hay que tener ética, conocimiento en el arte, preparación en planificación para que no pase la improvisacion. Conocimiento en muchas cosas que poco a poco voy a ir aprendiendo”, declara la sabonim Delgadillo.
Es por eso que decimos: “que bonita forma de ganarse la vida”, porque el maestro de Taekwondo inspira muchas cosas a los alumnos, e incluso los marca positivamente para toda la vida.
Carlos Hernández. Mundotaekwondo.com