La pandemia ha afectado a prácticamente todos los países del mundo. Esto significa, que también ha afectado a la mayoría de los practicantes de Taekwondo, sean principiantes, avanzados, maestros o competidores.

De momento, se suspendieron las actividades, las clases, los entrenamientos, las competencias y cualquier evento que estaba programado. Con esta situación, viene frustración, tristeza, incertidumbre y gran desmotivación. ¿Para qué entrenar si no hay razón para ello?.

Esta desmotivación es completamente natural y entendible. Un atleta está acostumbrado a tener metas y objetivos; en el momento en el que desaparecen, pierde la motivación y, en la mayoría de los casos, adopta una actitud negativa que genera pensamientos negativos como: “No tiene ningún sentido entrenar”, “No voy a poder competir”, “Mi nivel va a bajar”, “Ojalá pudiera entrenar como antes” y “Es imposible entrenar solo”.

¿QUE HACER?. Lo primero que tenemos que observar es aceptar la realidad y cambiar la actitud. Esto se logra haciendo algo muy sencillo: DECIDIRSE. Al cambiar la actitud, es más fácil empezar a generar pensamientos positivos y centrar la atención en lo que sí podemos hacer.

HERRAMIENTAS. Ahora es momento de demostrar lo que el arte marcial nos ha enseñado, a ser positivos, pacientes, tolerantes, disciplinados, perseverantes y responsables.


RECOMENDACIONES.
Algunos aspectos que se pueden trabajar en esta temporada son la preparación física, la técnica y la táctica; aspectos que normalmente se trabajan en los entrenamientos.

Pero ¿cuál otro aspecto podemos y debemos trabajar en estos momentos?.

El aspecto psicológico.
Primero, se recomienda analizar lo que uno está realizando de manera correcta y efectiva, y muy importante, saber por qué lo estamos haciendo de esta manera.

En muchas ocasiones, al preguntarle a algún atleta, ¿sabes por qué hiciste ese movimiento o esa técnica correctamente?, la respuesta es “No sé”. Esto me indica que probablemente fue una cuestión de suerte. En la medida en la que un atleta sepa qué está haciendo para que la técnica salga bien, la probabilidad de repetirla con la misma calidad será más alta. Esto va a generar un aumento en la seguridad, confianza, sensación de control y motivación en el atleta.

Después de analizar el punto anterior, hay que analizar lo que se puede mejorar. Fíjense bien en la oración anterior, creo que se escucha mejor “¿Qué puedo mejorar?”, en lugar de “¿Qué estoy haciendo mal?”.

Este análisis se puede realizar viendo videos de entrenamientos y competencias; de los mejores, y también de los eventos en donde el rendimiento y resultado no fue el esperado. También podemos ver videos de atletas que son ejemplo en cuanto a su técnica, preparación física, estrategia y comportamiento dentro del área. Una vez hecho el análisis, ya tenemos información para poder elaborar un plan de entrenamiento.

Este plan puede ayudar a los atletas en lo siguiente:
Darle estructura al día.- Establecer cuántos días a la semana va a entrenar y el horario. Aunque muchos atletas tienen mucho tiempo libre, me parece conveniente empezar con entrenamientos tres o cuatro días a la semana y no pretender empezar con entrenar todos los días.

El peligro de planear entrenamientos toda la semana es que con un día que uno no entrene, el objetivo ya no se cumplió, y entonces, viene una frustración y desmotivación muy grande.
Establecer objetivos.- Esto es primordial para aumentar la confianza. Es altamente recomendable establecer objetivos diarios, que impliquen un reto, pero que sean realizables. Pueden ser objetivos de realización o de resultado, técnicos, tácticos, físicos y psicológicos.


SI los atletas logran elaborar el plan de entrenamiento y llevarlo a cabo, seguramente va a aumentar la motivación y el deseo de regresar a entrenar con una buena actitud cuando se restablezcan las actividades y se conozcan las fechas de las competencias. Sin embargo, existe un peligro. Que las expectativas en cuanto al rendimiento al regresar a los entrenamientos y primeras competencias sean muy altas.


Se debe establecer muy bien los objetivos al momento de regresar a entrenar. Si el atleta o el entrenador establece objetivos de resultado (objetivos en donde lo importante es que se consiga un determinado resultado, por ejemplo, meter un punto, ganar un combate, mantener una frecuencia de pateo en cada round, meter punto con una técnica determinada, entre otros), lo más seguro es que no los cumpla debido a la disminución del rendimiento provocado por el tiempo de inactividad o entrenamiento adaptado a la contingencia. Si no se cumplen los objetivos, la confianza, seguridad y motivación se van a ver mermadas.


La recomendación es que se establezcan objetivos de realización (objetivos en donde la atención se centra en la conducta del atleta, en el intentar y en el proceso, por ejemplo, intentar realizar cierta patada con la técnica correcta y centrar la atención en los detalles técnicos que permitan realizar la patada correctamente). En esta etapa, no existe presión ni exigencia.

Más adelante, será necesario planificar entrenamientos en donde los objetivos sean de resultado y el atleta sea capaz de rendir y obtener resultados favorables en situaciones que generen presión y estrés.


En las primeras competencias, si es factible, sería conveniente buscar aquellas en donde se puedan establecer objetivos de realización, es decir, que se intente lo que se ha estado entrenando, sin importar el resultado. Poco a poco, ir buscando eventos de mayor nivel y establecer objetivos más ambiciosos.


Para aquellos atletas cuya primera competencia es fundamental, se recomienda que la atención durante los entrenamientos esté en lo que tienen que hacer para cumplir su meta. En mantener lo que están realizando correctamente, en trabajar los aspectos a mejorar, en practicar situaciones que pueden provocar estrés y encontrar la solución y en cumplir objetivos de resultado cada vez más complejos.

Normalmente, los atletas piensan, “Tengo que ganar”, cuando van a una competencia. Creo que es mejor pensar “Quiero ganar”, y centrar la atención en el proceso que debo seguir para cumplir esa meta, y no pensar únicamente en el resultado.

A esto le llamo, mantener la mente en el presente. Si el proceso es adecuado, en la mayoría de las ocasiones, la consecuencia natural es obtener un buen resultado.

Las grandes metas se logran cuando se fijan objetivos y se trabajan para ello.


Como podrán ver, el aspecto psicológico es una de las áreas de la preparación integral de un atleta que se puede y debe trabajar en estos momentos. Todas las áreas de la preparación son importantes, sin embargo, una buena preparación psicológica puede ser determinante en un combate dentro de una competencia.

Más adelante hablaremos sobre otros temas relacionados con la preparación psicológica como: objetivos del entrenamiento, objetivos de realización y resultado, estrategias psicológicas dentro del entrenamiento, entre otros.

Master Daniel Garduño

Daniel Garduño Werner
Cinta negra 7° Dan
Psicólogo Deportivo
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