Muchos padres tienen la idea de que el Taekwondo es un deporte violento o que propicia la agresividad, pero nada más lejos de la realidad. Tampoco exige tener gran fuerza para practicarlo, menos ahora cuando nuestro arte-deporte tiene cabida con tantas modalidades que no exigen contacto.

En realidad esta disciplina requiere constancia, proporcionando a cambio grandes beneficios. Como otros deportes, este arte marcial de origen coreano desarrolla las capacidades físicas del cuerpo, pero además, es una disciplina muy técnica, lo que ayudará a los niños a aprender a conocer y controlar su cuerpo, permitiendo adquirir beneficios sociales, psicológicos e importantes valores a los niños.

La edad ideal para practicar este deporte se sitúa alrededor de los 4 años. Es mejor comenzar desde jóvenes, ya que aunque el Taekwondo aporta grandes beneficios, también es muy técnico.

Lo que si debemos tener en cuenta que el desarrollo de cada alumno depende de su propia habilidad natural, a veces puede ser un aprendizaje ¨lento¨,  y otras veces “rápido”.

Debemos tener presente que los cambios no se aprecian de la noche a la mañana, y hace falta mucho esfuerzo, constancia y disciplina para dominar las bases e ir mejorando.

IDEAL PARA CAPACIDADES DIFERENTES.

Es una ayuda ideal para canalizar la inagotable energía de los niños, especialmente si tienen Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) o el Trastorno de Desarrollo de la Coordinación (TDC), que es un problema evolutivo en el que se manifiestan pérdidas del control postural y del equilibrio en una gran mayoría de los casos, y que afecta a un 6% por ciento de niños en edad escolar aproximadamente.

Se sabe que, de no ser tratado en la infancia, este tipo de carencias pueden arrastrarse a la vida adulta. La actividad deportiva, y en concreto, las artes marciales como el Taekwondo, pueden servir como tratamiento alternativo para mejorar el equilibrio y la integración sensorial en esta población.

En el caso de las personas con discapacidad, si bien es un concepto básico resulta a la vez amplio. En nuestro deporte, llamado Taekwondo, este tipo de personas requiere metodologías y tipos de enseñanzas distintas que se acomoden a sus necesidades y, sobre todo, para que dicha comunidad, que desde que ingresó a practicar Taekwondo, es muy necesario emplear en ellos dinámicas adecuadas según su complexión fisionómica y su edad; es decir si son niños, jóvenes y adultos se debe en una instancia, disminuir los trabajos de resistencia física, pero sí se debe trabajar la flexibilidad, como la fuerza y, sobre todo, la coordinación que es muy importante en el desarrollo de este tipo de personas.

Es por ello, que en el trabajo de taekwondo y con este tipo de población (Necesidades Educativas Especiales), es necesario también utilizar la metodología de Integración, la cual consiste en incorporar a estas personas en las mismas clases, junto con los otros estudiantes, pero no siendo este último sometido a cargas de trabajo que a los estudiantes que estén en período de competencias, sino que sólo es recomendable utilizar actividades lúdicas adaptadas a ellos.

De allí, la titánica e imprescindible necesidad de que todo entrenador de Taekwondo se capacite y documente de manera amplia y precisa de las particularidades o individualidades de los niños, niñas, adolescentes y adultos con Necesidades Educativas Especiales (Síndrome de Down, Autismo, Compromiso Cognitivo, Deficiente auditivo, entre otros). Debemos tener presente la responsabilidad que en el área pedagógica (planificación), de salud y de formación (desarrollo de sus capacidades y habilidades físicas) llevamos sobre nuestros hombros.

Quiero además hacer énfasis y un llamado a la gran familia del Taekwondo (entrenadores, atletas, comunidad y padres y/o representantes), a remover las barreras para el aprendizaje y pensar en todos nuestros estudiantes como seres en proceso de crecimiento y desarrollo, que vivencian el proceso de enseñanza – aprendizaje de manera diversa, sea por sus diferencias individuales, sea por sus intereses y motivaciones, debemos tener presente, que cualquier niño experimentará la experiencia de aprendizaje escolar y/o deportiva como desagradable, como una verdadera barrera, si está desmotivado, si no encuentra sentido y significado a lo que le enseñan en la escuela y/o Doyang.

Requerimos de Educadores y/o Entrenadores que se identifiquen a sí mismos como profesionales del aprendizaje y consigan transformar sus aulas en espacios motivadores, donde tanto ellos como los estudiantes sean cómplices de una aventura que es el aprender, el aprender a aprender y el aprender a pensar.

Cuando veas una familia sedentaria, sin actividades, invitalos a practicar taekwondo. En familia es mejor. 

Lic. Carlos Hernández

Lic. Luis Ramos

Mundotaekwondo.com