«Cria fama y acuéstate a dormir». Eso pasa cuando las personas pasan por algún lugar y dejan regadas historias.

¿Un competidor de 64 kg que apagaba sueños en el Taekwondo venezolano con sus golpes al pecho?. Te lo tengo; se llama Horacio Giraud, y  representó en los años 80 a la selección de Miranda, además  fue selección nacional B.

El propio Arlindo Gouveia campeón olímpico 92 y uno de los baluartes del TKD mundial declaró en una oportunidad que el golpe de Horacio Giraud a uno de sus compañeros en el inicio del primer round en un campeonato nacional «le impresionó», hasta el punto de que hace poco lo recordó a quien redacta. «Pegaba durísimo», expresó Gouveia.

Sin embargo, ese atributo de golpeador  traía otras bondades: buenas técnicas de patada que lo hicieron retirarse invicto de su puesto en los 64 kg en Miranda dónde cosechó ser  recordado en las mentes de quienes entrenaron y compitieron contra el, pero muy importante de los fanáticos de la época.

Un montón de aguerridos luchadores  no pudieron con su estilo de Taekwondo que combinaba una terrible pegada con la mano capaz de dormir a más de uno, con una excelente condición física  fraguada en el cerro «El Ávila», ruta habitual que junto a sus alumnos emprendía velozmente «para poner las musculaturas a tono y los pulmones para el largo alcance», mezcla perfecta «para hacer daño en el combate». 

Rivales históricos

Sus combates más álgidos en las grandes ligas del Taekwondo nacional, fueron con el carabobeño Gerardo González, considerado uno de los peleadores más fuertes del TKD internacional, sin embargo con Giraud no pudo lucirse.  De hecho, el  último combate entre ambos atletas fue para definir el cupo al mundial de Corea en el Gimnasio Teo Capriles en 1989, en final de la división pluma.

Para muchos está  refriega de tres round de tres minutos plasmada en el tabloncillo caraqueño quedará grabada en la mente de muchos «como un recital de Taekwondo por la calidad de ambos».

La controversial pelea fue incluso  reseña del Diario El Nacional en nota firmada por el crack del periodismo Jhonny Villarroel. «Estuvo tan cerrada que originó se caldearan los ánimos de los Mirandinos», dice la abogada Yazaira Manzo, dirigente para la época de la causa gris y amarilla.

Anterior a su paso por el Taekwondo olímpico, Horacio brilló en los abiertos de Artes Marciales dónde incluso ganaría la Copa 750 en su categoría, torneo realizado en el Poliedro a principios de los 80. En esas batallas de peleas «punto y pare», de «guantes Jhon Rhee» y ligeros vendajes le acompañaron luchadores de la época de la talla de Elías Molero (QEPD), Pablo Torres, los primos Bermúdez, entre otros.

Gentleman del Taekwondo

No podemos dejar pasar los testimonios de los cronistas de la época. El mejor de ellos, el maestro Humberto Villegas no tuvo reparos en elogiar a Giraud.

«Fui árbitro en muchas de sus peleas. Puedo recordar que Horacio tenía esa pinta de ganador antes de comenzar el combate y pasará lo que pasará siempre con la cabeza muy en alto. Era como un Gentleman del Taekwondo, independiente y convencido de lo que tenía que hacer en la pelea. Más de una vez llegó con su team de combate.
Era retador del mundo, un hombre seguro.Inolvidables los  combates con Gerardo González y otros Carabobeños, hueso duro de Roer. En dos ocasiones fui a su casa por cuestiones de Betamax o VHS que vendía y su  comercio de las franelas de taekwondo, lo cual reconozco  me hizo retomar con éxito ese mismo rubro cuando ya él se había retirado de esos menesteres.Definitivamente Horacio Giraud es admirado hasta hoy por sus exitos».

Entrenamiento suicida

«Nosotros corríamos largas rutas por Caracas», relata el maestro Jhonny Bermúdez, «Horacio era un compañero excepcional para el entrenamiento», resalta.

A temprana edad comenzó Horacio Giraud su andar por el Taekwondo.

Compañeros cercanos de la época de entrenamientos en el Gudo-Kang (años 80), describen a Giraud como un alumno muy  disciplinado, «de  valiente temple», lo que forjó su carácter de cinta negra de la organización Pro Taekwondo, corporación organizada por el maestro Ho Kwon Kang.

«En esa época competíamos en abiertos. Nos encantaba pelear los fines de semana», observa el GM. Pablo Torres (Miranda).

Atleta completo

Una vez independizado como instructor manejó su preparación como atleta en conjunto con la de entrenador. Está  exigente preparación física  y técnica de Horacio Giraud  quedó siempre como un sello de marca en el gimnasio Taeguk, Doyang ubicado en la zona popular de La Pastora  en la ciudad de Caracas.

Sabonim Horacio Giraud y parte de sus destacados alumnos, destaca Carlos Pacheco, Angel Duarte, Omar Ramirez.

Del Gimnasio Taeguk salieron competidores  de la talla de Norka Castillo, Angel Duarte, Alexis Mesa, Angelvis Infante, Omar Ramirez, Carlos Pacheco, entre otros grandes deportistas que dejaron su huella en el TKD nacional.

En esos proyectos deportivos le acompañó otro campeón, su sangre, el medallista nacional  Alejandro Giraud, quien surgió también como  aventajado entrenador. Juntos llevaron la escuela a otro nivel, y sus excelentes relaciones institucionales le permitieron viajar a competir en diferentes países. Destacando abiertos en Colombia y Estados Unidos.

Sabonim Horacio como juez regional en el Parque Miranda (Copa Luis Rondón 1990).

El rol de entrenador de club,  selección, juez nacional e internacional, y la tarea de dirigente no ha sido esquivo para Horacio. Tras buscar hacer crecer el Taekwondo de la zona metropolitana trabajó arduamente con la selección de Distrito Capital llevando a sus alumnos a la excelencia, destacando su mejor exponente la Taekwondista Norka Castillo, quien fue atleta de Juegos Panamericanos Winnipeg 1999.

Comerciante nato

Además del tema aduanero, empresa familiar que hoy figura como una de las más sólidas del país bajo el nombre Grupo Giraud,  Horacio fue pionero en la venta de franelas de Taekwondo y equipos deportivos llevando sus productos a lo largo y ancho del país e incluso internacionalmente.

Alma de Filántropo

Devolver a la comunidad parte de las ganancias empresariales es  una tendencia del carácter benefactor del hoy día empresario Horacio Giraud, quien a fuerza de trabajo en compañía de su familia ha logrado sostenerse, evolucionar y trascender en un país con tantas dificultades económicas como Venezuela.

Aduanera Giraud presentes junto a Venembarques en el patrocinio del Open de Venezuela.

Aprovechando para bien sus  contactos importantes, no ha negado jamás la posibilidad de apoyar a causas sociales. Fue patrocinante incondicional del evento Open de Venezuela en sus ediciones, también contactó importantes empresas para contribuir con esta actividad en procura de ofrecer la máxima calidad a los participantes.

Hace algún tiempo,  a través de su empresa familiar dónde también interviene en directiva su hermano  Alejandro, donaron  equipamientos electrónicos a la selección de Taekwondo de La Guaira dónde tienen un alumno en la directiva, sistemas modernos  de alto valor.

Hombre de familia. Horacio está casado en segundas nupcias, es un feliz padre de dos damas y un varón. El servicio público lo práctica.

En La Guaira dónde se encuentra el centro de sus operaciones aduanales, la  familia sigue la senda de la solidaridad al brindar recursos para la compra de bombonas, todo esto para ayudar a la zona de La Guaira en sus necesidades de oxígeno, algo vital  con la crisis del COVID que aqueja a la humanidad y que no distingue de raza, clase social ni política.

El entrenamiento mantiene en forma al ex campeón Mirandino.

Horacio no descansa su pasión por la cultura física. Va la gimnasio a boxear, y si es de correr, bucear rodar en moto o bicicleta no tiene ningún problema, total, es un atleta excepcional con buen andar en los 50 años.

Carlos Hernández (MT).