Guillermo “Kato” Cortés no solo es campeón mundial, sino el mejor de la categoría cadetes del planeta, premio obtenido recientemente en el Campeonato Mundial de Taekwondo en Sofía, Bulgaria.
Motivado por una historia familiar fascinante derrotó en la final de la categoría de menos de 41 kilos al representante de Corea en un combate donde fue superior. De esta manera, daría el mayor salto posible a su extraordinaria carrera como Taekwondista en México, convirtiéndose en la Élite global y un histórico para el Taekwondo mexicano, un deporte lleno de gloria para los aztecas.
Sin embargo, este gran logro de ser campeón mundial de Taekwondo no es casualidad. “KATO” entrena todos los días arduamente en la búsqueda de un sueño recurrente: “Escuchar el Himno Nacional de México en lo más alto del podio”.
Duros combates.
El camino al oro fue áspero. Sus rivales representaban naciones muy poderosas en el deporte del Taekwondo. En los combates preliminares se enfrentó a rivales muy complicados. Venció al estadunidense Reian Jon Challoy, al español Marcos Pazos y al egipcio Mohamed Wessam. Estos países son de mucha tradición en Taekwondo y detrás de ellos tienen Federaciones y entrenadores con mucha experiencia en la disciplina, sin embargo, México no se queda atrás y su prestigio se dejó sentir por Cortés quien los derrotó utilizando lo que siempre práctica, ir al combate y entregarse totalmente en el tapiz.
Sobrevive el más fuerte
En su camino a la cúspide por medallas se enfrentó al niño de Tailandia. El asiático lo obligó a emplearse a fondo y prepararse psicológicamente para la final. “Fueron combates muy difíciles”, dijo el mejor atleta varonil de lajusta mundial a mundotaekwondo.com.
Cortés, mejor conocido como Kato por sus familiares y amigos, comenzó en el 2013 a practicar taekwondo y ya desde los siete años se imaginaba que sería campeón del mundo.
En la batalla semifinal, “Kato” derrotó al tailandés Purich Madsaman, quien venía de hacer fiesta con sus rivales. Por el oro Cadete hubo presión. El coreano Donggun Lee era el más temido por su gran técnica, pero en un combate de mucha inteligencia y audacia pudo confundir al de los ojos rasgados y sacar el oro. Cuando lo declararon ganador, no pudo contener su felicidad.
El futuro le pertenece
La herencia le acomoda sus aspiraciones. Su papá, el ahora flamante entrenador, Carlos “Munrra” Cortes, fue parte de Selección Nacional. Su hermano es campeón nacional adulto y miembro de la selección nacional juvenil con 17 años.
KATO, siete veces campeón nacional y desde el 2018 ha dicho que admira a su hermano y lo considera su ídolo.
En México, estos jovencitos ocupan las primeras posiciones del ranking nacional.
Cortés deberá ver el futuro con más responsabilidad. La categoría Juvenil la tomará con muchas ambiciones, y la ventaja será que competirá con la misma generación que sabe que es campeón del mundo, y debe demostrar que no fue suerte lo de Sofía.
Por su parte, su padre Carlos, no deja de agradecer al destino, a la vida a la virgen, lo que sus hijos le están brindando. La emoción de verlo ser campeón del mundo es un sueño recurrente en la casa. Allí, en Guadalajara donde están radicados, su madre y hermano sueñan con obtener está clase de triunfos. Puesbien, ya uno bien grande está en la vitrina de vencedores.